Ya que el verano está a la vuelta de la esquina, desde la Cámara queremos recomendaros 10 pueblos checos que podéis añadir a vuestro plan de veraneo:
1. Třebíč
Esta preciosa ciudad a orillas del río Jihlava nació alrededor de un monasterio benedictino a comienzos del siglo XII. Desde sus inicios, su fisonomía ha ido cambiando y adaptándose al devenir de los tiempos. En su pintoresco casco antiguo destacan algunos exponentes arquitectónicos que le han valido la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Entre ellos, no hay que dejar de visitar la basílica de San Procopio y el barrio y el cementerio judío. Su judería, que cuenta con dos sinagogas, ayuntamiento y escuela, es una de las más importantes de Europa.
2. Pardubice
El encanto de Pardubice va más allá de la arquitectura o del encantador enclave en el que se encuentra situado, entre canales y bosques caducifolios. La magia de esta población se proyecta en cada rincón de su centro histórico, los detalles ornamentales sorprenden al pasar y el aroma del pan de jengibre es una constante en las calles. Pardubice, además tiene una gran relación con la cultura equina, ya que en octubre se celebra el Grand National de Chequia, una de las carreras de caballos más exigentes de Europa y es en este pueblo donde se encuentra la caballeriza de Kladruby nad Labem, donde se crían los caballos blancos de Kladruby.
3. Mikulov
Aunque los pueblos checos tienen fama de ser lugares con encanto, algunos de ellos siguen sorprendiendo porque parecen haber nacido para ser fotografiados. Ese es el caso de Mikulov, cuyas casas de color pastel se arremolinan en torno a la iglesia formando una bonita postal. Además de pasear por sus callejuelas, admirar las viviendas ricamente ornamentadas, visitar la majestuosa tumba de los Dietrichštejn o tomar una cerveza en una terraza, es aconsejable subir hasta la colina Svatý kopeček. Desde su cima, las panorámicas de la población y de los viñedos son espectaculares.
4. Litomyšl
Entre los muchos motivos que podría haber para visitar el bonito pueblo de Litomyšl hay uno que destaca sobre los demás: admirar su palacio renacentista. Esta construcción, con bellísimos esgrafiados en fachadas y frontones, es una de las obras más espectaculares de este estilo arquitectónico en Chequia. Es recomendable visitar su interior porque alberga varias capillas interesantes y un valioso teatro del siglo XIX que aún conserva la maquinaria original. Alrededor del palacio, que está protegido por la Unesco, también se sitúan otros lugares de interés como una catedral barroca y varios jardines.
5. Děčín
La llegada a Děčín, al norte de Bohemia, en barco, es la mejor manera de obtener un recuerdo que permanezca para siempre. El río Elba atraviesa la población regalando una imagen sorprendente con un palacio que desafía la gravedad al borde un peñón rocoso. Merece la pena visitar sus interiores y recorrer el Jardín de Rosas de estilo barroco.
6. Kroměříž
A pesar de su belleza e importancia, esta población de apenas treinta mil habitantes no es una de las más renombradas fuera de la República Checa. Sin embargo, se la conoce como la “Atenas de Haná” ya que alberga el centro de cultura más antiguo del país. La primera mención al mismo se remonta a comienzos del siglo XII. El monumento más emblemático, y el principal motivo para la visita, es el Palacio Arzobispal. Aunque su interior hay que visitarlo y tiene una extraordinaria pinacoteca, no hay que perderse sus jardines versallescos ni el parque paisajístico salpicado de construcciones románticas.
7. Písek
Pequeño y discreto, Písek podría vanagloriarse de haber sido uno de los lugares más ricos de la República Checa. Su puente gótico, el más antiguo del país, seguro que fue testigo de la opulencia de quienes encontraban oro en su entorno. Una curiosidad sobre el mismo: su nombre, Puente del Ciervo, se debe a que se acordó que recibiría la denominación del primero que lo atravesara y, en este caso, fue un ciervo el que lo cruzó al salir precipitadamente de un bosque cercano. Písek es un pueblo encantador, de esos donde podrías estar toda una tarde de café en café y admirando las fachadas de las viviendas o del Ayuntamiento barroco. En el Museo Prácheňsko podrá encontrar numerosa documentación y objetos de su pasado ligado al oro.
8. Bečov nad Teplou
Apenas mil habitantes y unas pocas calles podrían ser, a priori, la carta de presentación de este pueblecito de la región de Karlovy Vary. Sin embargo, tiene historias que lo aúpan a las primeras páginas de los periódicos. Como gran parte de las ciudades checas, aquí también hay un castillo, uno impresionante, y es el escenario donde se desarrolla una curiosa situación. En una de sus capillas se halló un tesoro: una caja dorada con adornos del siglo XIII que albergaba los restos mortales de Santo Mauro. Esta pieza de orfebrería medieval es el segundo objeto más valioso de Chequia, solo detrás de la corona. El suceso misterioso se produjo porque este baúl permaneció oculto durante décadas y sólo fue encontrado cuando “alguien” desde el extranjero envió a investigadores a localizar un “objeto misterioso”, algo que levantó sospechas de la Policía checa. El suceso tuvo un desenlace feliz y hoy día se puede admirar, tras una rigurosa restauración, en el palacio de Bečov nad Teplou.
9. Třeboň
Este precioso pueblo de Chequia, que comenzó siendo un humilde poblado en el siglo XII, hoy día regala una bonita experiencia a cuantos visitan Bohemia del Sur. Es uno de los complementos indispensables a un viaje que incluya České Budějovice, la capital regional, o el hermoso Český Krumlov. Nada más llegar a Třeboň se dará cuenta del gran número de estanques que lo rodean y de los deliciosos platos de carpa que sirven en sus restaurantes. La cría de este pez se remonta al siglo XIV y los monarcas solían contribuir a la financiación de estos grandes embalses. Además de observar el impactante entorno natural, es recomendable visitar el castillo para admirar sus interiores con las cámaras renacentistas de los Rožmberk y las lujosas suites de los Schwarzenberg.
10. Český Krumlov
Hemos dejado para el final uno de los pueblos más bonitos de Chequia y de Europa, un lugar cuya fama es reconocida por todos, pero que no siempre se incluye en los itinerarios cuando se recorre el país. A Český Krumlov se suele acudir para visitar su bellísimo complejo palaciego, el segundo mayor del país, pero se vuelve una y otra vez para sentir el romanticismo que emana de su casco medieval. Dividido en dos por el río Moldava, esta localidad regala miles de postales y experiencias a ambos lados del cauce. Algunas visitas imprescindibles son el Museo Atelier Fotográfico Seidel, dedicado a Josef y František Seidl, y el Egon Schiele Art Centrum, con numerosas obras de este artista. Esta población es idónea también para realizar excursiones al Parque Nacional de Šumava, donde se encuentra el inmenso embalse de Lipno, que tantas actividades ofrece tanto en verano como en invierno.
A continuación, os dejamos fotos de todos estos maravillosos pueblos en orden: